Como parte de nuestro plan de estudios de aprendizaje socioemocional, leemos un cuento sobre un concepto socioemocional diferente utilizando la vista, el tacto y el sonido para implicar a los niños y solidificar el proceso de desarrollo de habilidades.
Siempre incorporo un peluche que se correlaciona con una necesidad social o emocional diferente.Por ejemplo, los unicornios para la creatividad, los osos para sentir amor, los perezosos para frenar, el caracol para sentirse valiente. Mi objetivo es contarles una historia o leerles un libro que encuentre sobre ese objetivo socioemocional y pasarles el peluche y ayudarles a creer en sí mismos y en sus capacidades.Para recordarles que podemos superar los momentos difíciles, y que no tenemos que hacerlo solos.
Diariamente trabajamos las afirmaciones positivas y la idea de que sus opiniones sobre sí mismos importan. También hemos hablado de cómo manejar situaciones difíciles y de cuándo pedir ayuda. Como profesora, hago todo lo que está en mi mano para ayudar a guiar a niños amables, empáticos y fuertes.
El aprendizaje socioemocional consiste en inculcar a nuestros hijos sentimientos de autoestima. Utilizamos afirmaciones en respuesta a muchas situaciones, como las necesidades de resolución de conflictos, las necesidades de autoestima y las necesidades de regulación emocional, por nombrar algunas. Y usando afirmaciones a diario noto que los niños sacan este tipo de dichos positivos por su cuenta, sin que yo se lo indique.
Las habilidades específicas que aprenden los niños incluyen
- Interacción: contacto físico, contacto visual y juegos
- Conexión – leer afirmaciones positivas y hacer que te las repitan (si es posible)
- Reflexión – practicar los conceptos y habilidades aprendidos
Como profesores, honramos la vida emocional de los niños y les permitimos encontrar las palabras para expresarse mientras se enfrentan a sus complejos sentimientos.
Calming spaces in early childhood environments are widespread but creating them with intentionality and teaching children how to use them can be big tasks. When we see disruptive behavior as a sign of a dysregulated child, and provide the tools for that child to re-regulate, we are setting them up for lifelong success as they grow to become people with strong self-regulation and impulse control skills.
These two handouts provide opportunities for you to reflect on how adults use their sensory systems to self-regulate and how to use that information to create calming spaces to support children’s social-emotional development.