Tareas importantes pero rutinarias que garantizan la satisfacción de las necesidades de los niños a lo largo del día. Las tareas de cuidado pueden incluir alimentar, cambiar pañales, ir al baño, lavar, vestir/desvestir, poner a dormir al niño y más. El tiempo que se pasa con los niños durante estas rutinas puede ser uno de los más valiosos para la conexión si los adultos se toman el tiempo necesario para implicar al niño, hablar con él y hacerlo agradable.