At times, the behavior of a young child can challenge the skills and abilities of their caregiver.
When a caregiver feels that a child’s behavior is disruptive to other children and that there is not anything they can do to support the child in changing their behavior in a positive way it can create a lot of stress.
Within early care and education programs, including family child care programs, ongoing stress resulting from a caregiver feeling unable to support a child can create a situation in which suspension or expulsion from the program may appear to be the only or best solution. However, research indicates that suspension or expulsion of young children from early care and education programs hinders healthy development across all areas and can interfere with identifying and addressing differences. Children may qualify for intervention services, but if they are excluded from early care and education programs, they may not receive the referrals or evaluations that are needed.
Statistics about suspension and expulsion of preschool aged children:
- Boys receive more than three out of four out of program suspensions
- Black children make up 18% of preschool program enrollment but 48% of those who are suspended
- Young children who are expelled or suspended are up to 10 times more likely to:
* drop out of high school
* experience academic failure
* repeat grades
* have negative attitudes about school
* face incarceration
* be suspended or expelled in later grades
What can caregivers do to respond to the behavior of children in positive ways?
Illinois Early Learning has developed a series of tip sheets focused on positive guidance, which offer strategies for caregivers.
In addition, resources about developmental referrals and screenings can be found on the CDC website
Additional resources from the US Department of Health and Human Services Office of Early Childhood Development about reducing suspension and expulsion practices in early childhood settings.
A veces, el comportamiento de un niño pequeño puede desafiar las capacidades y habilidades de su cuidador.
Cuando un cuidador siente que el comportamiento de un niño es problemático para otros niños y que no hay nada más que pueda hacer para apoyar al niño a cambiar su comportamiento de manera positiva, esto puede crear mucho estrés.
Dentro de los programas de educación y cuidados infantiles, incluidos los programas de cuidado familiar de niños, el estrés continuo provocado por que el cuidador se sienta incapaz de apoyar a un niño puede crear una situación en la que la suspensión o la expulsión del programa sea la única o la mejor solución. Sin embargo, las investigaciones indican que la suspensión o la expulsión de los niños pequeños de los programas de educación y cuidados infantiles perjudica el desarrollo saludable en todas las áreas y puede interferir en la identificación y el tratamiento de las diferencias. Es posible que los niños necesiten servicios de intervención, pero si se les excluye de los programas de educación y cuidados tempranos, no pueden recibir las referencias o evaluaciones necesarias.
Estadísticas sobre la suspensión y expulsión de niños en edad preescolar:
- Los niños varones reciben más de tres de cada cuatro suspensiones fuera del programa
- Los niños afroamericanos representan el 18% de la participación en los programas preescolares, pero el 48% de los que son suspendidos
- Los niños pequeños que son expulsados o suspendidos tienen hasta 10 veces más probabilidades de
* dejar la escuela secundaria
* sufrir fracaso escolar
* repetir grados
* tener actitudes negativas hacia la escuela
* ir a la cárcel
* ser suspendidos o expulsados en los últimos grados
¿Qué pueden hacer los cuidadores para responder al comportamiento de los niños de manera positiva?
Illinois Early Learning ha desarrollado una serie de hojas de consejos centrados en la guía positiva, las cuales ofrecen estrategias para los cuidadores.
Además, en el sitio web de los CDC se pueden encontrar recursos sobre referencias y evaluaciones del desarrollo