A veces, el comportamiento de un niño pequeño puede desafiar las capacidades y habilidades de su cuidador.

Cuando un cuidador siente que el comportamiento de un niño es problemático para otros niños y que no hay nada más que pueda hacer para apoyar al niño a cambiar su comportamiento de manera positiva, esto puede crear mucho estrés.

Dentro de los programas de educación y cuidados infantiles, incluidos los programas de cuidado familiar de niños, el estrés continuo provocado por que el cuidador se sienta incapaz de apoyar a un niño puede crear una situación en la que la suspensión o la expulsión del programa sea la única o la mejor solución. Sin embargo, las investigaciones indican que la suspensión o la expulsión de los niños pequeños de los programas de educación y cuidados infantiles perjudica el desarrollo saludable en todas las áreas y puede interferir en la identificación y el tratamiento de las diferencias. Es posible que los niños necesiten servicios de intervención, pero si se les excluye de los programas de educación y cuidados tempranos, no pueden recibir las referencias o evaluaciones necesarias.

Estadísticas sobre la suspensión y expulsión de niños en edad preescolar:

                                        * dejar la escuela secundaria

                                        * sufrir fracaso escolar

                                        * repetir grados

                                        * tener actitudes negativas hacia la escuela

                                       * ir a la cárcel

                                        * ser suspendidos o expulsados en los últimos grados

 

¿Qué pueden hacer los cuidadores para responder al comportamiento de los niños de manera positiva?

 

Illinois Early Learning ha desarrollado una serie de hojas de consejos centrados en la guía positiva, las cuales ofrecen estrategias para los cuidadores.

 

Además, en el sitio web de los CDC se pueden encontrar recursos sobre referencias y evaluaciones del desarrollo